Es verdad, cuando vivir duele hay que desaprender. Esa es la gran lección que nos ha dejado esta circunstancia tan dramática,que brutalmente ha hermanado a toda la humanidad. Me ha encantado este poema, es de una profundidad y de una intensidad que nos deja inmersos en la reflexión existencial de como seguir, de como volver a ser (nunca como antes). Brutal. Un beso grande!
A ver si es verdad que el género humano aprende... pero me temo que las circunstancias han puesto aún más de manifiesto la insensatez de muchos...de demasiados. Gracias.
Cuando la vida duele significa que estás fortaleciéndote, Luis, como el músculo del bailarín o de un gimnasta que exige algún movimiento, duele porque acabas de superar una marca y sigues desarrollándote sin pausa...
Me dejas pensando, amigo, una vez más. Abrazos y más abrazos.
Cada vez se hace más difícil cambiar el rumbo de este petrolero al que la inercia lleva directo a los escollos sin tener tiempo ya para cambiar el rumbo. Pero la esperanza quedó en la caja de Pandora.
Somos tan solo ese minúsculo significado que desde que estamos, Gea, nos recuerda que somos, mientras Cronos nos devora a su antojo... y pese a todo, buscamos dentro de ese gran Insignificante, y sin cese, al cual regresaremos, e inexorablemente, desolvidar, re-nacer, buscar una salida como Ariadna y el hilo rojo... cada cual según su tránsito, su paso, su recorrido, o su paseo... Somos sólo humo. Y olvido.
¿Dejar una huella universal?
Con el tiempo, Cronos, castrará también hasta la Prosa y la Poesía. Ya muy pocos leen... Los grandes serán un dato de Wikipondia.
Bss, Cyrano.
Y disculpa de antemano la extensión del comentario.
Creo que a veces la vida duele haciendo una pataleta, sólo para recordarnos que está ahí y reclamando nuestra atención. Otras veces duele porque los que estamos somos nosotros, y no sabemos ignorar lo que no debiera ser.
Escuchar a Paco Ibáñez me lleva directamente a esos años en que más me dolía la vida. También fueron los años en que menos la comprendía, sin que ello signifique que lo haya logrado ahora.
A veces duele la vida y todo se vuelve oscuro.
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada.
Besos.
Entonces hay que sacar la luz interior.
EliminarGracias.
Bss
Bonita creación, la vida es mas parecida a la realidad que a la poesía. Un abrazo
ResponderEliminarGracias. Es posible.
EliminarEs verdad, cuando vivir duele hay que desaprender. Esa es la gran lección que nos ha dejado esta circunstancia tan dramática,que brutalmente ha hermanado a toda la humanidad.
ResponderEliminarMe ha encantado este poema, es de una profundidad y de una intensidad que nos deja inmersos en la reflexión existencial de como seguir, de como volver a ser (nunca como antes).
Brutal.
Un beso grande!
A ver si es verdad que el género humano aprende... pero me temo que las circunstancias han puesto aún más de manifiesto la insensatez de muchos...de demasiados.
EliminarGracias.
Bss
Cuando la vida duele significa que estás fortaleciéndote, Luis, como el músculo del bailarín o de un gimnasta que exige algún movimiento, duele porque acabas de superar una marca y sigues desarrollándote sin pausa...
ResponderEliminarMe dejas pensando, amigo, una vez más. Abrazos y más abrazos.
El dolor nos da la certeza de que estamos vivos y que la felicidad consiste en superarlo.
EliminarGracias.
Abzo
La fotografía es impresionante y puedo ver en ella esa fusión y casi oler el aroma del desaliento.
ResponderEliminarEscucho a Paco Ibañez y me pregunto si hoy existe alguien que siga teniendo esperanza de poder cambiar el mundo...
Un beso, Luis.
Cada vez se hace más difícil cambiar el rumbo de este petrolero al que la inercia lleva directo a los escollos sin tener tiempo ya para cambiar el rumbo. Pero la esperanza quedó en la caja de Pandora.
EliminarGracias.
Bss
Somos tan solo ese minúsculo significado que desde que estamos, Gea, nos recuerda que somos, mientras Cronos nos devora a su antojo... y pese a todo, buscamos dentro de ese gran Insignificante, y sin cese, al cual regresaremos, e inexorablemente, desolvidar, re-nacer, buscar una salida como Ariadna y el hilo rojo... cada cual según su tránsito, su paso, su recorrido, o su paseo...
ResponderEliminarSomos sólo humo. Y olvido.
¿Dejar una huella universal?
Con el tiempo, Cronos, castrará también hasta la Prosa y la Poesía. Ya muy pocos leen... Los grandes serán un dato de Wikipondia.
Bss, Cyrano.
Y disculpa de antemano la extensión del comentario.
"En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada" Góngora lo resumió magistralmente.
EliminarGracias.
Bss
la vida duele, a veces es insoportable.
ResponderEliminarBesos
¿Y el placer de que, aunque sólo sea por un momento, se amortigüe o cese ese dolor?
EliminarBss
Da igual, la palmatoria está asegurada... :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Hoy está muy serio y denso el blog, pero bello. Saludos master...
ResponderEliminarCreo que a veces la vida duele haciendo una pataleta, sólo para recordarnos que está ahí y reclamando nuestra atención. Otras veces duele porque los que estamos somos nosotros, y no sabemos ignorar lo que no debiera ser.
ResponderEliminarEscuchar a Paco Ibáñez me lleva directamente a esos años en que más me dolía la vida. También fueron los años en que menos la comprendía, sin que ello signifique que lo haya logrado ahora.
Besos
Desaprender también es supervivencia.
ResponderEliminarAplaudo tus palabras y la foto.
Besos.