martes, 20 de julio de 2021

El juego de la Oca o.p 1353

 

Vícar, Almería


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13 comentarios:

  1. La muerte no es de ninhuna manera el final. Ahí lo identificaste, amigo: es el olvido... todos invariablemente arribaremos tarde o temprano a sus dominios.

    Abrazo agradecido.

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    1. La tercera vida, la de la fama que escribía Jorge Manrique, se resiste al olvido.


      Anzo

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  2. El juego de la oca es recurrente y siempre podremos mover el tablero. Abrazos

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    1. No sé si te he entendido... ¿Sirve de algo mover el tablero?

      Abzo

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  3. La imagen refleja para mi, ese miedo ancestral que tiene nuestra cultura occidental a la muerte, los cementerios tapiados,todo como escondido, no se habla,no existe.
    Tus versos le dan un giro de tuerca, emulando al juego de la oca.
    Quizás lo peor de la muerte es el olvido.
    Me encantó.
    Besos!

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    1. Quizás sea más el olvido que la muerte lo que provoca miedo... o pena. Por eso se llama inmortales a Cervantes, Shakespeare... ojo, pero mejor que el olvido no alcance a Hitler, Stalin..... aunque por motivos opuestos.

      Gracias.

      bss

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  4. ¿Habrá algo más triste que un cementerio abandonado? ¡Qué contraste entre el nicho florido y los otros!

    Besos

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    1. Pueblecito de la provincia de Almería... la gente se va hasta a morir a las grandes ciudades... aunque el olvido los alcanzará igual.

      Bss

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  5. Imagen que inspira decadencia... un cementerio descuidado pero que refleja bien la muerte...

    besos

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  6. Y hay olvidos en vida que son aún más terribles.

    Un beso, Luís.

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  7. Qué fotografía más elocuente.
    Has creado un memento mori.
    No digo más. Lo has dicho todo.

    Besos.

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  8. De ahí que la Memoria sea el guardián que custodie y salve del olvido, tanto los más abominables como los más amados recuerdos, ya fuere de nuestras vidas como de nuestra Historia. Ardua e incansable obra para futuras generaciones. Las tumbas tal vez sean el reflejo de lo poco o mucho, o nada que realmente somos, que fuimos...

    Besos, Cyrano.

    Otra trilogía digna de enmarcar.

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