Museo MEAM (Detalle de un mural)
Nos
sigue corneando la desesperanza y el negro terror que estalla en las pupilas
asombradas de los que un día creyeron en un dios que respalda a las palomas
blancas que bombardean su soberbia sobre
los campos de los que brotarán cocodrilos de acero mordiendo la sombra a los
niños sin madre que lamentarán haber nacido en el siglo final de las tinieblas.
Amén.
Música:
Pude leerlo en voz alta sin parar para tomar aire.
ResponderEliminarDuele mucho lo que hay.
Un abrazo grande y sentido.
Así es.
ResponderEliminarEn ese detalle del mural veo la historia de la humanidad.
El Réquiem de Mozart es una joya. Vivimos en los tiempos de Lacrymosa sin fin.
Bss.
palomas y cocodrilos, es una buena metáfora animal... saludos
ResponderEliminarSeguimos sangrando
ResponderEliminarBesos
Innumerables Guernicas (en nombre de los más puros nobles ideales) desde el fondo de los tiempos...
ResponderEliminarImpecable una vez más, amigo. Abrazo gigante.
Impecable como dice Carlos!
ResponderEliminarUn texto de una desolación que va creciendo sin puntos ni comas.
Demoledor.
Brutal también la imagen escogida.
Un conjunto que refleja este "tempo" evolutivo que más bien es involución.
Besos!
Imagen y texto desgarradores y acompañando el Requiem de Mozart. REDONDO
ResponderEliminarLucen (lucimos) tan desamparados
ResponderEliminarQué difícil equilibrar el corazón entre las alegrías y las tristezas humanas
Besitos Luis
Triste, aunque tan real...
ResponderEliminarBesos.
Triste y lúgubre, y excelentemente expresado.
ResponderEliminarAy!
ResponderEliminarDuele... esta trilogía.
Me trajiste a la mente el poema de Rafael Pombo "La hora de las tinieblas" del que te dejo un fragmento..
LA HORA DE TINIEBLAS- RAFAEL POMBO
Oh, qué misterio espantoso
es éste de la existencia!
Revélame algo, conciencia!
Háblame, Dios poderoso!
Hay no sé qué pavoroso
en el ser de nuestro ser.
¿Por qué vine yo a nacer?
¿Quién a padecer me obliga?
¿Quién dio esa ley enemiga
de ser para padecer?
Si en la nada estaba yo,
¿Por qué salí de la nada
a execrar la hora menguada
en que mi vida empezó?
Eterno quo vadis... que sub-yace bajo ese cuestionamiento que desde el origen del uni-verso no ha dejado de suscitar miles de respuestas al corazón, alma y espíritu del ser acongojado que sigue bus-ando un sentido a su "............" existencia (aquí ya cada cual... escribe la suya como quiere, o como puede... o ... ya si eso mejor le parezca y según sus lecturas, su esencia, y su fatalismo o no determinismo al nacer).
Bss