Cuando caminamos por los vericuetos de la nostalgia, algunas brechas se abren hasta dejarnos el oscuro resabio de un sinsabor. Y entonces cualquier diáspora nos conduce a la misma calle, aquélla, dónde nos anidó la locura.
Una trilogía pa enmarcar. Y con la música se me iban las caderas. (Así hice los ejercicios que me mandó el fisio ;) Sonrío) Y bueh, la música también la añade al Svokdo una moral : la de que a menudo " Es peor el remedio que la enfermedad", y lo mejor que podamos hacer es dejar de volver allí donde nos dolió.
A veces de esas calles se sale más sabio. Un abrazuco
ResponderEliminarHay calles que parece dedicadas.
ResponderEliminarAquí tenemos la del Desengaño, que también inspiraría a los ingeniosos como tú ;)
Besos.
Cuando caminamos por los vericuetos de la nostalgia, algunas brechas se abren hasta dejarnos el oscuro resabio de un sinsabor.
ResponderEliminarY entonces cualquier diáspora nos conduce a la misma calle, aquélla, dónde nos anidó la locura.
Una trilogía pa enmarcar. Y con la música se me iban las caderas. (Así hice los ejercicios que me mandó el fisio ;) Sonrío) Y bueh, la música también la añade al Svokdo una moral : la de que a menudo " Es peor el remedio que la enfermedad", y lo mejor que podamos hacer es dejar de volver allí donde nos dolió.
Besos, Cyrano callejero!
Son calles con varias salidas, afortunadamente.
ResponderEliminarBesossssss
Alguna vez andaré esa calle y musitaré tu poema para hacerle justicia a tanta inspiración...
ResponderEliminarAbrazo de corazón!!
Oh toda una historia narrada en tan pocos versos!
ResponderEliminarDicen tanto del desamor... casi como si fuera un relato!
Besos!
Y te llevó a buen puerto?!
ResponderEliminarEspero que sí.
Un beso.
Cuántas calles testigos de tantas cosas.
ResponderEliminarSaludos