Me encantó eso de que "hasta los adoquines de la calle sueñan con que los abracen" y esa foto con el nuevo grito de Munch es impresionante. Aquí si pude escuchar el vídeo.
Besos (desde tú nada a tu nada, nademos que a la nada iremos)
Hola buenas tardes , una foto muy impactante y que decir del mensaje ..... Esta pandemia va a ser yo creo , la peor que la peste Negra , espero equivocarme. Te deseo una feliz tarde , saludos....V...flor.
Todavía nos queda el grito, la palabra, cuando de silencios nos quieren tapar la boca...
Me recordaste el poema de Lorca "Grito hacia Roma"... un grito ya universal.
Manzanas levemente heridas por finos espadines de plata, nubes rasgadas por una mano de coral que lleva en el dorso una almendra de fuego, Peces de arsénico como tiburones, tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud, rosas que hieren Y agujas instaladas en los caños de la sangre, mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula que untan de aceite las lenguas militares donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma y escupe carbón machacado rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino, ni quien cultive hierbas en la boca del muerto, ni quien abra los linos del reposo, ni quien llore por las heridas de los elegantes. No hay más que un millón de herreros forjando cadenas para los niños que han de venir. No hay más que un millón de carpinteros que hacen ataúdes sin cruz. No hay más que un gentío de lamentos que se abren las ropas en espera de la bala. El hombre que desprecia la paloma debía hablar, debía gritar desnudo entre las columnas, y ponerse una inyección para adquirir la lepra y llorar un llanto tan terrible que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante. Pero el hombre vestido de blanco ignora el misterio de la espiga, ignora el gemido de la parturienta, ignora que Cristo puede dar agua todavía, ignora que la moneda quema el beso de prodigio y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños una luz maravillosa que viene del monte; pero lo que llega es una reunión de cloacas donde gritan las oscuras ninfas del cólera. Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas; pero debajo de las estatuas no hay amor, no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo. El amor está en las carnes desgarradas por la sed, en la choza diminuta que lucha con la inundación; el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas dirá: amor, amor, amor, aclamado por millones de moribundos; dirá: amor, amor, amor, entre el tisú estremecido de ternura; dirá: paz, paz, paz, entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita; dirá: amor, amor, amor, hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto, los negros que sacan las escupideras, los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores, las mujeres ahogadas en aceites minerales, la muchedumbre de martillo, de violín o de nube, ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro, ha de gritar frente a las cúpulas, ha de gritar loca de fuego, ha de gritar loca de nieve, ha de gritar con la cabeza llena de excremento, ha de gritar como todas las noches juntas, ha de gritar con voz tan desgarrada hasta que las ciudades tiemblen como niñas y rompan las prisiones del aceite y la música, porque queremos el pan nuestro de cada día, flor de aliso y perenne ternura desgranada, porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra que da sus frutos para todos.
Y sí, desde que el mundo es mundo, los 4 jinetes siguen cabalgando...
Amen... sin duda. Y añado al hilo del comentario de Perrotti y tu respuesta, sin duda,somos el peor virus del planeta, lamentablemente hay demasiadas certezas de esto. Me ha encantado tu "sinpuntosnicomas". Un texto que es en sí ese grito mudo, un reclamo que expone y se expone a la llamada de conciencia, de ver lo que de verdad sucede,más todo lo que subyace en nuestro propio mundo interno. Besos!
Tienes toda la razón, cuántas epidemias a las que le hemos dado la espalda porque no tocaban cerca. La foto me recuerda a los subterráneos de la Royal Mile en Edimburgo, allá cuando podíamos ir con la boca también abierta pero de admiración. Besitos Luis
De Barro y Luz, un post IMPRESIONANTE!!! Texto, música, foto, dan ganas de sumarse al grito y abrazar los adoquines.. que belleza.. Un abrazo y ojalá seamos un poco mas conscientes del daño que causamos.
Qué verdad... La pandemia ha dejado al descubierto lo que desde eones, intuíamos. En otros casos, ha sido reafirmar. Quiero gritar como la mujer de tu foto.
Me encantó eso de que "hasta los adoquines de la calle
ResponderEliminarsueñan con que los abracen" y esa foto con el nuevo grito de Munch
es impresionante. Aquí si pude escuchar el vídeo.
Besos (desde tú nada a tu nada, nademos que a la nada iremos)
Gracias. En eso estamos.. :))
EliminarBss
Y si acaso el grito de silencio de Munch nos alerta sobre el virus que nos da vida desde el fondo de los tiempos?
ResponderEliminarAbrazo más que grande, amigo!!
¿Seremos los humanos el peor virus del planeta Tierra? ¡Y encima gritamos!
EliminarAbzo
Esas calles son un buen eco para un grito mudo, una fotografía espectacular, del virus ni comento. Abrazos
ResponderEliminar¡Cómo retumban los gritos mudos!
EliminarBss
Próximamente los adoquines también van enfermar de coronavirus, con tanto transeúnte que escupe por ahí.
ResponderEliminarVa un abrazo.
¿Hasta con mascarilla hay incivilizados que escupen? :(((
EliminarAbzo
Hoy estoy triste y tal vez a ratos desesperada, y me identifico con ese grito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola buenas tardes , una foto muy impactante y que decir del mensaje ..... Esta pandemia va a ser
ResponderEliminaryo creo , la peor que la peste Negra , espero equivocarme.
Te deseo una feliz tarde , saludos....V...flor.
Todavía nos queda el grito, la palabra, cuando de silencios nos quieren tapar la boca...
ResponderEliminarMe recordaste el poema de Lorca "Grito hacia Roma"... un grito ya universal.
Manzanas levemente heridas
por finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
Peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
Y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elegantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los
directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.
Y sí, desde que el mundo es mundo, los 4 jinetes siguen cabalgando...
Bss.
Amen...
ResponderEliminarsin duda.
Y añado al hilo del comentario de Perrotti y tu respuesta, sin duda,somos el peor virus del planeta, lamentablemente hay demasiadas certezas de esto.
Me ha encantado tu "sinpuntosnicomas". Un texto que es en sí ese grito mudo, un reclamo que expone y se expone a la llamada de conciencia, de ver lo que de verdad sucede,más todo lo que subyace en nuestro propio mundo interno.
Besos!
Me dan ganas de abrir así la boca y gritar al mundo porque con tanta mascarilla nos tienen la boca bien tapada.
ResponderEliminarBesos.
Tienes toda la razón, cuántas epidemias a las que le hemos dado la espalda porque no tocaban cerca.
ResponderEliminarLa foto me recuerda a los subterráneos de la Royal Mile en Edimburgo, allá cuando podíamos ir con la boca también abierta pero de admiración.
Besitos Luis
Ehhh! que bueno... me dan ganas de gritar. Besos.
ResponderEliminarDe Barro y Luz, un post IMPRESIONANTE!!! Texto, música, foto, dan ganas de sumarse al grito y abrazar los adoquines.. que belleza.. Un abrazo y ojalá seamos un poco mas conscientes del daño que causamos.
ResponderEliminarMuchos son los gritos que (no)se escuchan desde que el mundo es mundo…
ResponderEliminarMe aúno a ese grito, y te felicito, una vez más, por esta maravillosa entrada que nos regalas…
Un placer, querido amigo.
Abrazo grande, y muy feliz semana 💙
Qué verdad... La pandemia ha dejado al descubierto lo que desde eones, intuíamos. En otros casos, ha sido reafirmar.
ResponderEliminarQuiero gritar como la mujer de tu foto.
Besos.